GUÍA PRÁCTICA DE RETROALIMENTACIÓN
La
retroalimentación para una evaluación formativa es esencial para el aprendizaje
de los y las estudiantes, por tal motivo, se ha creído conveniente capacitar de
distintas formas a los y las docentes en evaluación formativa y retroalimentación.
Desde el Ministerio de Educación, así como las distintas gerencias de educación
de las regiones se han implementado cursos virtuales de capacitación para
mejorar en el maestro habilidades y estrategias pedagógicas en el marco de la
educación remota a distancia.
La Región
de Pasco, desde su Dirección Regional de Educación, ha elaborado una guía
práctica de retroalimentación, esta guía contiene ejemplos reales que el
docente puede emplear para retroalimentar a sus estudiantes y así mejorar no
solo en su práctica pedagógica, sino también mejorar y profundizar en los
aprendizajes, de los y las estudiantes. Clic en el siguiente enlace para
descargar la guía https://url2.cl/mp35k
Concepto
de retroalimentación desde un marco normativo
La
retroalimentación consiste en devolver al estudiante información que describa
sus logros o progresos en relación con los niveles esperados para cada
competencia. Esta información le permite comparar lo que debió hacer y lo que
intentó lograr con lo que efectivamente hizo. Además, debe basarse en criterios
claros y compartidos, ofrecer modelos de trabajo o procedimientos para que el
estudiante revise o corrija. Retroalimentar consiste en otorgarle un valor a lo
realizado, y no en brindar elogios o criticas sin sustento que no orienten sus
esfuerzos con claridad o que los puedan distraer de los propósitos centrales.
Para
garantizar que cada uno de los estudiantes sigan aprendiendo, estos deben
recibir del docente una retroalimentación adecuada y oportuna. Ello implica que
el docente –teniendo claridad sobre lo que se espera logre el estudiante y
aquello que sabe hacer o ha aprendido– establezca en forma escalonada y gradual
los próximos pasos y dialogue con él sobre sus avances, dificultades y aquello
qué podría hacer para mejorar sus producciones y actuaciones.
La
retroalimentación brindada por el docente puede darse de manera formal o
informal, oral o escrita, individual o grupal y se puede realizar utilizando
diferentes instrumentos. En todos los casos, es indispensable que se dé en el
momento oportuno, que considere las características de los estudiantes y que
sea clara para cada uno de ellos.
En
este proceso, el docente debe extraer conclusiones para mejorar sus propios
procesos de enseñanza (orientados a una mejor colaboración con el estudiante en
el proceso de selección, combinación y uso de los recursos adecuados en un
contexto definido). Es decir, evalúa la efectividad de sus estrategias de
enseñanza y las ajusta para atender mejor y de forma diferenciada las
necesidades de aprendizaje según las características de sus estudiantes.
La retroalimentación
debe darse también entre estudiantes e incluso un estudiante puede
retroalimentar su propio trabajo a partir de criterios claros.
En
conclusión, para garantizar que los estudiantes sigan aprendiendo, la
retroalimentación es indispensable.
La
retroalimentación permite a los docentes prestar más atención a los
procedimientos que emplean los estudiantes para ejecutar una tarea, las
dificultades y avances que presentan. Con esta información pueden ajustar sus
estrategias de enseñanza para satisfacer las necesidades identificadas en los
estudiantes y diseñar nuevas situaciones significativas, replantear sus
estrategias, corregir su metodología, replantear la manera de relacionarse con
sus estudiantes, saber qué debe enfatizar y cómo, entre otros, de modo que
permita acortar la brecha entre el nivel actual del estudiante y el nivel
esperado.
Por
ello, se deben considerar las siguientes actividades:
- Atender las necesidades de aprendizaje identificadas.
- Brindar oportunidades diferenciadas a los estudiantes.
- Desarrollar la capacidad de autoevaluar el propio desempeño.