PRESENTACIÓN
La pandemia global que surge el año
pasado de manera inusitada, puso a los sistemas educativos en un escenario inédito
lleno de incertidumbre para maestros, estudiantes y familias, con la única
certeza del vertiginoso tránsito hacia una educación remota.
Desde entonces, los actores de la
educación asumieron nuevos roles, hasta el momento poco utilizados en nuestro
país, en el que se hizo necesario fortalecer la competencia digital y
socioafectiva, y se descubre (o redescubre con mayor conciencia) la importancia
de fomentar la gestión de las emociones y el uso de las TIC en los procesos de
aprendizaje.
El año 2020 fue un periodo escolar en el
que muchos estudiantes dejaron de estudiar, y otros lo hicieron con
dificultades, desde la óptica de mejorar en la autonomía y la metacognición,
capacidades indispensables para aprender a distancia, y asimismo, no se logró
evaluar de forma adecuada los aprendizajes.
Por ello, emerge la oportunidad de
implementar con mayor énfasis la evaluación diagnóstica a inicios del 2021,
como el mejor medio de obtener una línea de base y reconocer cómo han avanzado
los estudiantes en la asimilación y desarrollo de sus competencias. Era preciso
diseñar y aplicar evaluaciones de carácter diagnóstico a todos los estudiantes
de Ancash, proceso que se inicia a principios de marzo; y que luego desemboca
en un análisis e interpretación de las evidencias de los estudiantes, acción
que debe realizarse con profesionalismo y confiabilidad.
En tal sentido, la Dirección Regional de
Educación de Ancash, interviene para fortalecer este proceso de evaluación, y
pone a disposición de la comunidad educativa el instrumento regional de
análisis de evidencias, que sirve para procesar los resultados de aprendizaje
de los estudiantes de manera práctica y fiable.
Con un
buen diagnóstico, seguiremos avanzado en la formación integral, y, en
consecuencia, en firme orientación hacia una ciudadanía más libre, democrática
y emprendedora. Es nuestro deseo y compromiso.
Créditos: DRE Ancash